¿Qué ventajas representa el bienestar en las organizaciones? ¿Es esencial implementar programas de bienestar corporativo? ¿Hay un ROI del bienestar que analice cómo se mide el progreso en los negocios y sociedad?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el concepto salud como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Y, como complemento, se refiere a una empresa saludable como “aquella en la que los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sustentabilidad del ambiente de trabajo en base a cuatro indicadores".
- El ambiente físico de trabajo.
- El medio psicosocial del trabajo, que incluye la organización del mismo y la cultura del espacio de trabajo.
- Recursos de salud personales en el ambiente de trabajo.
- Las formas en que la comunidad busca mejorar la salud de los trabajadores, sus familias y otros miembros de la comunidad.
Desde una perspectiva tradicional el valor de una empresa se mediría solo por KPI financieros pero en la actualidad los líderes tienen que ser capaces de construir entornos que faciliten el desarrollo de los empleados, ya que repercutirá en una mejora de los resultados. Steven P. MacGregor y Rory Simpson, los autores de Chief Wellbeing Officer, de Lid editorial, están convencidos de ello. En el management actual el bienestar en las organizaciones es uno de los pilares fundamentales.
Inmersos en la cuarta revolución industrial, en la que se nos invita a estar siempre conectados y donde el futuro se nos presenta artificialmente inteligente y lleno de complejidad, también se tiene cada vez más la certeza de que lo importante son las personas y su capacidad de llevar a cabo el cambio cultural y la reinvención necesarios. Los tan deseados equipos de alto rendimiento -sostienen Steven y Rory- lo serán si las organizaciones se pre(ocupan) por su bienestar y salud, que repercuten en la felicidad. El camino pasa por crear entornos positivos, apasionados y cooperativos.
Para los autores de “Chief Wellbeing Officer“ esta forma de conducirse también contribuye a atraer y retener el talento, por el que tanto se lucha en este momento. La obra es como un catálogo de reflexiones pero también una guía práctica detallada, una caja de herramientas de buenos hábitos para las organizaciones en el contexto actual. Incluye investigaciones, anécdotas, historias, experiencias y bastantes ideas para cualquier organización de cualquier sector que quiera mejorar su estado de salud y su grado de felicidad, como palancas para alcanzar la excelencia en los resultados.
El libro se estructura en tres ejes:
El primero -el “¿por qué?”- analiza las razones clave para una compañía y la sociedad para lograr entornos laborales más humanos y saludables. En uno de sus capítulos, “Cómo devolver la humanidad al liderazgo”, destacan tres elementos que las mejores organizaciones y los mejores líderes cultivan para el bienestar de todos en las empresas y para que sus colaboradores saquen lo mejor de sí mismos: el propósito, los valores y la visión. El propósito marca la dirección, los valores la forma de actuar y la visión el destino al que se quiere llegar.
El segundo eje se centra en el qué. En esta parte se analiza la naturaleza humana. Temas como el liderazgo a través de la inteligencia emocional(haciéndolo más empático) y el liderazgo a través de la inteligencia física no os dejarán indiferentes. Este último punto ayuda a tomar conciencia del peligro de descuidar nuestro “yo físico”. Con un guiño a la neurociencia y la bioquímica, nos adentra en la importancia del equilibrio entre trabajo y vida personal y de aprender a que nuestro día a día sea productivo.
La última parte del libro aborda el cómo y en ella los autores destacan las que serían buenas prácticas para una organización. Se plantean un conjunto de habilidades en las que todo directivo debería apoyarse, no solo para construir una cultura laboral de alto rendimiento y por supuesto más humana, sino para mantenerla.
Los autores tienen claro que los hábitos conforman la cultura e, inspirados en la obra de Covey (Los siete hábitos de la gente altamente efectiva) y una década después, desarrollan el modelo de las siete “ces”, que integra los siete trucos de los hábitos realmente eficaces. Resulta muy interesante el último capítulo “Cómo liderar hacia el trabajo del futuro”. Sostiene que si para las organizaciones es importante el tiempo, en esta cuarta revolución industrial, con la vista puesta en el presente-futuro, la nueva visión de las personas en las organizaciones abarca el tiempo, el talento y la energía, tres términos que, alineados y si fluyen, son capaces de aportar mucho más que el primero solo por muchas horas extras que se echen.